Las manos. Esa extremidad que nos viene puras como todas, acaso mas sensitiva que otras pieles que nos tocan. Las dejo a mis manos en sitios sin sentido. Desgasto mi sencilla transparencia en las formas del olvido, en incertidumbre, con todos los motivos que me quedan, buscando al fin, el por qué de mi existencia.
G. Almada