22 de septiembre de 2008

En compañía

Son prejóvenes
que lustran los zapatos,
que encuentran un descanso
en la plaza 24 de setiembre
para alimentar a sus palomas.
Para alimentar acaso,

la esperanza.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No pienso adularte. Como amigo tengo la característica de saber decir cuando tenés la cara sucia, pero también decirte cuando las cosas que hacés están buenas. Una palabra que define esta foto es ambivalencia. La foto, como tal, me gusta, pero la escena tiene algo de tristeza. Serán los niños pobres? Serán la spuertas de La iglesia cerrada? Pero si veo esta escena mientras camino por la calle, probablemente haré lo que siempre hago... olvidar la escena y seguir caminando.

Gercho dijo...

Pablo
Es una escena cotidiana de esa plaza. Es verdad, hay tristeza, pero al mismo tiempo se recrean con las aves de la plaza compartiendo sus migas de silencio, ocultando por un momento su otra realidad.
G. Almada

Anónimo dijo...

Esta foto, Gerardo, narra varias historias y una historia en sí misma. Desde la joven junto a la puerta de la iglesia hasta las sandalias del niño que se acuesta en un banco en espera de algún cliente para su oficio de lustrador de zapatos y mientras tanto contempla al fotógrafo con serena curiosidad mientras su compañero de oficio muestra una mirada infantilmente severa, tal vez preocupada, probablemente pensando en... ¡quién sabe! Las palomas caminan a su lado confiadas, como si ya les conocieran, pues creo que este niño comparte migajas de su pan con esas aves de Dios. No hay tristeza, creo. Sólo hay vida. Sólo curiosidad. Sólo preguntas. Y si pudiera poner título a la foto la llamaría "La Mirada".
Es una fotografía muy hermosa.

José Manuel Solá
[Puerto Rico]